Para Alfredo Marqueríe (18 años)
El rudo golpeteo de una fragua
donde el aro y el fuego forjaba Vulcano
te despertó en un bello bosque de Nicaragua
a lo lejos se oía la flauta de Silvano.
Gritaste: y en la noche solo respondieron
a tu voz. Una estrella temblaba en lontananza
colgada de las ramas de un árbol viejo y seco
y en su temblor vibraba un canto de esperanza
Y quisiste cogerla y alargaste la mano;
mas era su brillar tan tenue y tan lejano
que preguntaste inquieto a tu alma: «donde está?»
Y hundiéndose en la tibia caricia de la noche
tu alma
no la vi más allá.
José María Alfaro (20 años)
20-12-1925