Crítico teatral

ABC (1944-1960)
En seguida hubo quien le advirtió de que, cuando estrenase alguna obra Juan Ignacio Luca de Tena, presidente del consejo de administración de la editora del diario y dramaturgo vocacional, no podría escribir libremente y si no le gustaba la obra en cuestión no podría decirlo de manera abierta. En sus memorias y también en su libro El teatro que yo he visto cuenta lo que ocurrió cuando, tras un pateado estreno de Luca de Tena en el Teatro Lara, tuvo que redactar la pertinente crítica. Así lo relató en este último volumen:

Asistí a la primera representación de la obra, que por cierto no nos había gustado ni al público ni a la crítica –cosa rara porque suele ser un autor de gran éxito– y me fui al periódico a escribir la reseña.

Eran las dos de la madrugada cuando sonó el teléfono de la redacción. Sesé, el encargado de la centralita anunció: “De parte del señor marqués de Luca de Tena que se ponga usted al aparato…” –Atiza, pensé, ya está aquí la coacción–. La voz rotunda y vibrante, alta y enérgica del presidente del consejo de administración del periódico me advertía: “Yo respeto su sinceridad crítica y la respetaré siempre mientras usted siga en ABC, pero, ¡por favor!, no deje de consignar que ha habido pateo”.

Y desde entonces, y siempre que algún autor se quejaba a Juan Ignacio de que yo era duro en mis juicios, abría la cartera y les mostraba los recortes de algunas de las críticas que hice de sus obras.

–He aquí la prueba de mi imparcialidad –decía–. No me hace gracia que Marqueríe se meta conmigo. Pero para eso está la crítica: para decir sinceramente lo que piensa. 1

Hubo en los años cincuenta algún paréntesis; él mismo cuenta en Personas y personajes. Memorias informales (fig. 13) que, en un determinado momento, se vio obligado a dejar aparcada la crítica:

Cuando por motivos que no son del caso, cesé voluntariamente en el ejercicio del periodismo y de la crítica teatral, hasta la espera de una sentencia del Tribunal Supremo, y me dediqué, entre otras cosas a asesorar compañías y a dirigir comedias, Juan Ignacio [Luca de Tena] tuvo la gentileza de aguardar mi retorno a la misión juzgadora. Al pronunciarse la sentencia favorable me llamó inmediatamente.

No he logrado averiguar la naturaleza de esos motivos que no venían al caso.

Pueblo (1964-)
En 1964 se incorporó al vespertino Pueblo como crítico teatral.

  1. Así era nuestro hombre, una persona políticamente bastante conservadora en lo político –es cierto que logró una posición preeminente por su afinidad al régimen, pero también lo es que la mantuvo por su valía– pero independiente y abierta en sus criterios escénicos. En España fue uno de los primeros que aplaudieron el teatro de Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura subrayando su carácter de adelantados al denominado teatro del absurdo, corriente en la que no soportaba especialmente las creaciones de Eugène Ionesco; asimismo, además de recibir por lo general positivamente las piezas de nuevos creadores teatrales españoles, fue muy receptivo a las novedades de los teatros alemán y británico, y sentía debilidad por los clásicos franceses.