(1
Oreja expresionista del silencio,
fonocamptico de la distancia,
ahora ausculta la taquicardia yanqui
y la tisis de Francia:
Su caracol falsificadi es, solo,
concha vacåia de rumores.
(2
Tåctil hiperestesia de ladrones,
combinación de letras y de números:
E.A.J.824…
¡Ya está -abierta-
la caja de caudales de la música!
(3
Marejada del mundo
rota en interferencias,
oleaje del cosmos, en la onda
se busca la sirena del jazz-band.
(4
¡Hip… Hip… Hip!
Locomotora loca de sonidos
chiflando reventada.
¡Fragg… agragrrg… Futt-fluit!
(5
Y el hondero que alarga
el silbido zumbante de su honda
al gregario rebaño de mugidos.
(6
Garganta ronca y bronca,
barranco de tormenta,
barrunto de tronada
rajada por el rayo de un pitido.
(7
Al fin la voz del locutor, hinchada,
bocina de navío o de deporte
(«Ah del barco!»
o
«Carreras: 2000 metros»)
Pero no, nada de eso:
La orquesta radiofónica
y el gong.